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Cómo descarbonizar un donut

Escrito por Kyoto Group | 07-jul-2025 13:21:15

Si te toca convencer a la dirección, aquí tienes la guía para eliminar el gas que se esconde tras el glaseado.

¿Y si cada donut que horneas tuviera un precio para el planeta? En realidad sí, por culpa de los combustibles fósiles. La producción de alimentos es responsable del 15% del consumo mundial de combustibles fósiles. Cada año. Y la cuestión ahora no es si esto debe cambiar, sino a qué velocidad. La descarbonización industrial es un reto crítico.

Como gestor encargado de averiguar cómo puede su fábrica electrificar la producción de alimentos y descarbonizar las operaciones, es posible que se encuentre en una situación difícil. Por un lado, está la presión de los objetivos ESG y la necesidad de cumplir las normas de sostenibilidad; por otro, la dirección espera soluciones que no comprometan la rentabilidad. Con una experiencia interna limitada en tecnologías energéticas emergentes y las complejidades del mercado de la energía, y sin un camino directo a seguir, no queda más remedio que sortear complejos requisitos normativos, elevados costes iniciales y una pronunciada curva de aprendizaje.

Es una posición difícil, en la que cada elección tiene implicaciones a largo plazo tanto para el medio ambiente como para la empresa.

La primera pregunta que hay que hacerse: ¿Hay que descarbonizar?

- Puede parecer innecesario preguntarse si hay que descarbonizar, pero es un ejercicio revelador.

Lars Martinussen, experto del sector del Grupo Kyoto, afirma que existe un desfase. Un desfase entre las competencias necesarias para realizar realmente una transición energética rentable y el statu quo de la mayoría de los productores industriales de alimentos y bebidas. En muchos casos, hay una caldera de gas en la parcela, desempeñando su papel como fuente de energía diaria.

¿Cómo deshacerse de ella? Por eso surge la pregunta.

- Si respondes "sí" a la necesidad de descarbonización industrial, sigue con: ¿Qué hace falta? ¿Cuáles son los riesgos y beneficios de actuar ahora frente a retrasarlo? ¿Es posible posponer la cuestión, por ejemplo, cinco años?

- Parece que la única respuesta viable es sí: ¿hay que descarbonizar ahora?

- Si sigues utilizando gas, tendrás que hacer frente a elevados costes de emisiones de CO2. Además, corre el grave riesgo de no satisfacer las exigencias de los clientes, inversores y socios en materia de ASG. Fíjese en Target, el gigante minorista estadounidense. En 2019, fijaron un objetivo audaz: 100% de electricidad renovable para 2030. Pero no se detuvieron ahí. Están apuntando a emisiones netas cero para 2040 y alentando a los proveedores a seguir su ejemplo. Para Target, la energía renovable no es sólo un objetivo, sino una expectativa.

Su objetivo para 2030 es claro: una reducción absoluta del 32,5% en las emisiones de la cadena de suministro (alcance 3). Los proveedores que no se alineen con estos objetivos corren el riesgo de quedar excluidos de futuras oportunidades con Target. Para apoyar esta transición, Target se ha asociado con Schneider Electric para lanzar'Forward Renew', un programa gratuito que ayuda a los proveedores a cambiar a energías renovables, garantizando que todos avancen juntos".

- Así pues, la verdadera pregunta se convierte rápidamente en: "¿Quiero seguir suministrando a Target y a otros como ellos en el futuro?". Y eso es una obviedad. Por supuesto que sí.

Evaluar la experiencia interna o identificar lagunas de conocimiento

Puede parecer un poco fuera de lugar hablar de donuts y descarbonización al mismo tiempo. Al fin y al cabo, eres un productor de alimentos, no una empresa energética, ¿verdad?

Pero la realidad es que la descarbonización y la electrificación de la producción son pasos inevitables que llegan a la industria de la alimentación y las bebidas, nos guste o no. Con la creciente presión normativa y la demanda de prácticas sostenibles por parte de los consumidores, la industria se enfrenta a un escrutinio cada vez mayor para reducir su huella de carbono. La UE, por ejemplo, ha fijado ambiciosos objetivos para reducir las emisiones al menos un 55% de aquí a 2030, lo que significa que todas las industrias se verán afectadas por normativas más estrictas.

- Todo esto se reduce a una cosa: ¿dispone su empresa de conocimientos suficientes?

Lars Martinussen explica que muchas empresas del sector de la alimentación y las bebidas creen que cuentan con los conocimientos necesarios. Sin embargo, aunque entiendan sus propias necesidades energéticas, a menudo les falta un conocimiento más profundo de las complejidades del propio mercado energético.

Y ahí es exactamente donde encaja el gestor de proyectos o el gestor energético de la empresa alimentaria: justo entre una comprensión algo vaga de la transición en curso y el reto de determinar cómo actuar...

- Sí, es una posición muy difícil, dice Lars Martinussen. - Por eso insisto en que la cuestión última se reduce a la experiencia y los recursos: ¿Tengo suficientes conocimientos técnicos, comerciales y del mercado de la energía en mi empresa para hacer una evaluación cualificada de lo que realmente necesitamos para electrificar nuestro proceso de producción?

- Para la mayoría de las empresas de alimentación y bebidas, se trata de una zona gris. Y preguntas como éstas son un primer paso para poder rellenar los colores necesarios.